Darse una vuelta con él era un sueño, un día tuvo la oportunidad y no la desaprovechó, arrimó el coche con toda la cautela y abrió la puerta, él subió y la miró fijamente a los ojos desconfiando de la situación, ella sin embargo estaba entusiasmada, aceleró y condujo hasta dejar atrás la ciudad, se dirigió por un camino apartado hasta considerar que ya estaba lo suficientemente lejos, bajó del coche, dio un vistazo a los alrededores para comprobar que nadie los veía, una vez segura abrió la puerta trasera, el león saltó, se abalanzó sobre ella y la devoró
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